¿Te sientes lejos de tu sueño?
Yo también. Pero te cuento por qué quizás no estés tan lejos como piensas.
En esta newsletter reflexiono, en las diferentes secciones, sobre elementos que en los últimos años me han hecho sentir a años luz de cumplir mi sueño. Y cierro con una idea de dónde pienso que estamos a nivel colectivo y a dónde creo que podemos estar moviéndonos en el mercado español. Me encantaría saber vuestra opinión en los comentarios.
Vibro de emoción.
Ayer me senté a escribir una línea de tiempo del proyecto del que os hablé en agosto y que ha hecho su aparición en esta sección desde entonces, el show para YouTube. La hice porque durante varios meses he sentido que iba muy lento y no avanzaba, pero verlo en perspectiva me ha hecho entender que cada mes ha sido un paso fundamental que necesitaba su tiempo.
Si es algo que os puede interesar, decídmelo, y escribo un resumen del proceso profesional y personal (que van ligados y esto ha sido una Epifanía) para el círculo de lectores. Esta conexión entre el crecimiento del yo y el crecimiento del proyecto ha sido difícil de transitar, pero extremadamente bello de ver.
Está a punto. A punto de caramelo. Y dependiendo de qué versión del sueño se cumpla, sale ya o dentro de poco.
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Vibro.
He hecho centro de mi trabajo el reportar sobre soluciones a los grandes problemas a los que nos enfrentamos hoy en día. Estoy cansada del pesimismo y del miedo, si tú también, esto te va a gustar:
La Comisión Europea trabaja en una nueva legislación para acabar con la moda rápida en Europa. No más prácticas inhumanas, no más desperdicio tóxico, no más fibras contaminantes, no más greenwashing. Te explico en este vídeo:
¡Esto me fascina! La Agencia Espacial Europea está investigando si una estación espacial con paneles solares podría ser la solución al aumento en la demanda de energía y proveer energía renovable ilimitada. Te enseño y explico cómo en el vídeo:
Hace poco vi ‘La Sociedad de la Nieve’, una película basada en hechos reales (fun fact, mi abuela era amiga de la madre de uno de ellos) y una belleza tanto cinematográfica como humana. Tenéis que verla. Me ha dado muchísimo que pensar, entre otras cosas, sobre la industria hispanohablante y las oportunidades que tenemos o no.
El director, J. A. Bayona, habla en las entrevistas promocionales sobre cómo le llevó 10 años hacer esta película porque no había dinero en el mercado español para una producción de estas dimensiones. Y cómo Netflix, una plataforma de streaming, fue la que finalmente apostó por ello.
Este es un pensamiento no desarrollado del todo y os invito a comentar si tenéis una opinión al respecto, pero reflexiono sobre la cantidad de oportunidades perdidas porque el talento de habla hispana (sin hablar del resto del mundo porque esta conversación nos puede llevar a otros mucho sitios) no cuenta con recursos u oportunidades para ejecutarlos.
Es gran parte de la razón por la que tanto yo como mis amigos en el extranjero salimos de España. Y una de las razones por las que los tres grandes proyectos en los que tengo puesta mi energía ahora son en inglés, porque en ese idioma parecen estar las oportunidades.
¿Pero sabéis qué? Cada uno de estos proyectos, por intervención divina o por deseo mío, han acabado trenzando tanto el inglés como el español. Y siento que los creadores, escritores, directores, periodistas… estamos empujando por crear ese espacio en el que queremos producir en nuestra lengua materna. Algunas plataformas están respondiendo, y empiezan a allanar el camino. YouTube es una de ellas con la opción de doblar los vídeos (aunque aún no está disponible para todos). Como siempre, el dinero siempre es el último en llegar, pero tengo ganas de ver dónde nos encontramos en los próximos 10 años.